El tratamiento de la semilla, previo a la siembra, remojándola en agua o en soluciones con algún compuesto como el PEG, nitrato o algún otro compuesto, tiene efectos diversos sobre la germinación y el vigor de la semilla, aunque tienden a recalcarse los efectos positivos, tales como un incremento en la germinación y el vigor, contenido de clorofila en la planta y un mejor comportamiento al usar elementos como el fierro o el zinc, escasos en el suelo. Sin embargo, el tiempo de remojo y el efecto de las substancias sobre las semillas es difícil de determinar y se recomienda hacerlo para cada lote de semilla; la temperatura es otro factor a considerar, además de la edad de la semilla, recomendándose el tratamiento para semillas envejecidas o con bajo vigor. Investigaciones recientes han permitido conocer los genes cuya expresión cambia o se ve alterada por este tipo de tratamientos, así como bajo condiciones de germinación normales; se han documentado gran cantidad de cambios a nivel de expresión genética cuando las semillas son osmoacondicionadas así como cambios relacionados con el RNA contenido en la semilla, cambios a nivel de la molécula de DNA y en las proteínas, carbohidratos y otros metabolitos de bajo peso molecular. Esto ha permitido una mejor comprensión de lo que ocurre con la semilla y sus componentes cuando sale de la latencia, cuando se le osmoacondiciona y cuando germina, lo que podría permitir el mejor establecimiento de las plántulas en el campo o la emergencia y trasplante en los viveros.